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domingo, 5 de mayo de 2013

Heracles: Bienes, posesión y propiedad

Bienes, posesión y propiedad

Franz Marc: The Bewitched Mill
Franz Marc: The Bewitched Mill (Photo credit: Wikipedia)

Bienes, posesión y propiedad[1]
Del Estado la conformación de la piedad es ocaso

Tempestad viento atrás,
[…]

Erinnis de Dayana.-
De la roca sólo nosotras somos fuego,
Pasa, suscita, sueña algo y vuelve en paz con la brisa.
Solas aguardamos del paso el guardián la devoción,
Sólo su sonrisa.

Hércules.-
Al paso guardián acontezco, la furia y la tempestad del sol emerge en piedad,
Otorga,
Sueña en paz con su propia hecha,
De nada, la nulidad el corazón.

Erinnis.–
¿Pasa algo?
Las llamas de la lethe no se dejan oscurecer.
Lo encausa, sueña detrás desenvolver el valle,
Tal vez amanezca.[2]



Hércules.-
El encausarse de Paz y la oscuridad de la Calle

Erinnis.-
¡ROCA O PIEL PIEDAD,
LOS SIGNOS TE SON ALADOS, DEL PODER LA VERDAD,
MÁS
LO VERDADERO ES SÓLO EN PAZ
TU CRUEL RECUERDO!

¡Del saber el dictador es el tirano,
Cruel remedio,
Cruel verdad,
Sucia devoción en paz piedad espectador!

Hércules.-[3]
El dictador está a condición.
Condición de encausar en paz de su propia paz el corazón.
Así la calle se envuelve de tonos rosas,
Verdes naranjados,
Pasa alguien en retención de la atención.
Calla alguien,
Amanece acurrucado en el Templo de la Asunción.
La mar no conoce trazos,
Soy Hércules, hijo del trueno y el Señor

Erinnis.-[4]
De su piedad amarilla la sal es Tirano,
Ella vuelve,
Oscurece la paz en rededor,
Sólo es el gran ojo quien mira.

Hércules.-
No tendría porqué atender a esa bola de bandidos.
Mi edad es digna y aún soy sagrado,
La condición de suscitar de su paz la verdad y la sonrisa que brilla
del tiempo atrás sólo su corazón.

Si tan sólo supiera de la calle el rastro,
Si la torpeza no deja decidir el trascurso,
De la voz la ordenación también soy Yo.

Erinis.-
Secreta comandancia,
Es piedad quien calla y se asume distinta,
Es otra piedad quien calla detrás del verde valle.
Es sólo la retención del recuerdo quien brilla.

Hércules.-
Quizá sea sólo un reflejo.

Erinnis.-
Quizá sea sólo en tu talón la fuerza de arrastre.

Hércules.-
¿Y a dónde tendría que llevarnos la asunción del café en la silueta de nuestros templos divinos?
Yo te busco a ti y los busco a todos.

Erinnis.-
Sólo un hermano podría alegrarte con su franqueza y herida,
Brilla algo,
Pasa siempre;

Pases o no pases,
tu eternidad te arrolla fuerte y sin esfuerzo.
Habla a tu hermano.[5]

Bien, posesión y propiedad El ángel y su espectro



El ángel.-
Oye, la tarde ha llegado,
podemos  ya salir y mirar el Cielo,

Su espectro.-
No, aún no,
el azul no clarea,
y es menester antes aguardar de la noche el calor,
bebe,
y que ya la luz la roca
sea cómo y quién hable.

El ángel.-
Yo labré la aurora,
y no hay más,
en reposo está el cincel y el mármol,
ya los hombres vienen, 
han dejado la Cantera,
y es todo silencio en el verde Valle.

Su espectro.-
Los dioses han quedado furiosos y su silencio hoy nos descompone,
la Luna hoy saldrá después de la media noche,
y tal como siempre los años así  ha sido siempre,
la Cantera comienza igual cada tarde.

Ellos habrán de ser mañana los mismos,
no será distinto,
que todo tiene su época y su edad,
las cosas pasan, la roca permanece,

Aguarda un poco y ya,
bebe.

Bien, posesión, propiedad Diana




Uno sacerdote.-
¿Ha llegado?

Dos sacerdote.-
¿Ha llegado?

Uno sacerdote.-
                        Te pregunto,
¿O tú no preguntas?

Dos sacerdote.-
Pasión quien calla los hechos.

Uno sacerdote.-
Pasión quien calla en susurro al costado del templo,
toda tu verdad diosa alada,
toda tu verdad,

Te preguntamos.
 
Dos sacerdote.-
Comandancia del Bosque,
secreta templadora de la oquedad.
Susurra los hechos.

Oráculo de Paz.-
Baila al compás de los arces y el vuelo.
El ave va.

Canta en torno al murmullo del trueno
Lo precedente que tiende el madero,
Que enciende la brisa en fulgor,
Padre nuestro,

Que encuentra la brisa al brazo de nuestro propio cuerpo,
Padre nuestro,
Que nos encuentras en noche rededor.

Uno sacerdote.-
Del fragor los hechos,

Dos sacerdote.-
De la comandancia el Error,

Uno y dos juntos.-
De la voz el baile,
La música que delinea su boca
Y sus besos.

Uno sacerdote.-
Secreto error quien brilla,
La palabra verdad y el amor mentir,
Siempre es uno y lo igual,
La regencia no resistirá más,
aún al paso de estos hechos,

Dos sacerdote.-
Ha llegado el ahora Uno,

Uno sacerdote.-
Ha llegado el ahora Dos.


Bien, posesión, propiedad Deposición





Hércules.-
Fragor, y al entre
Me depongo,
Instalación, recepción
Y Alivio,

¿Qué da?, tal vez suciedad o arrogancia,
La batalla ha sido estratificada
Y sólo un dios entre las tropas podría salvarlos.

Erinnis de Dayana.-
La disposición dispone,
la deposición no es más que de la voluntad los hechos,
la enfila tu derrota,
un triunfo aplastante.

Hércules.-
Determinación o locura,
Ficciones vamos ocultando en razones.
¿Qué responden allá los sacerdotes?

Erinnis.-
¿El juicio? La asistencia las rocas en el valle,
la atingencia del espíritu,
hablarán,
ellos hablarán ante las tropas de tu gran triunfo.

Hércules.-
Quien da quien miente,
Alguien entonces te aprestas,
Estructuras escondes.

Continúa, Mi nombre, ¿aún  me recuerdan?

Erinnis.-
Señor,
su Asamblea es un letargo al fragor del combate,
los aceros reposan dignos,
los niños gritan en las calles,
de ahí las magistraturas y los legados
en carbón que nos apremian,

Tu batalla,
Su relato y el sitio de sus cuentas los signos,
los ríos de sangre con tu nombre en llamas.

Hércules.-
La ciudad,  La ciudad,
Las montañas no aguardarán más
el compromiso con ellos pactado en trigo,
vinieron a mí llorando, yo los hablo de la tierra y los mercados,
ello sólo dice que sus hijos mueren,
Tú hablas del tiempo, algo que no existe,
de las leyes magistraturas,
hablan todos, Yo no entiendo,
Batallas.

Dicen que sus hijos mueren
y sus guerreros ignoran la suerte de sus crías,
ellos aún de sus signos invocan instituciones.

Dispusimos de ellos cual cerdos,
es cierto, juran dependencias y juzgados
a la salud de sus hijos,
los juran, es común,
a la salud tus hijos los deploran,
nunca levantamos contra ellos nuestro acero.

Erinnis.-
Ladridos de perro me suenan sus dientes,
leyes, su palabra la toman entre sus manos y muerden,
las montañas no aguardarán mas
y ellas viene hablando del hambre de su gente.

Hércules.-
Vienen por sus guerreros, lo sé,
¿qué responden allá los sacerdotes?

Erinnis.-
En su letargo
todos sus hallazgos depositados en carne
a la junta del todos y el conocimiento de su fuente,
Nos componen,
Estiran la mano en conjunto y no saben qué comen,
La imposición del Nombre,
–en cualquier forma su comienzo-
ya es de sí la imposición,
los nutrimos, tus desvelos serán su Eris

Hércules.-
¿qué nombre te adjudican?
¿Cómo me hablaran ante las tropas?

Erinnis.-
Te nombran, las tropas quieren verte,
Saludar a su señora,
del propio poder un mito hablarnos.

Hércules.-
Soy estructura,
salve y un reconocimiento,
Tú, mi señora.

Mis manos disponen ya siempre a ello un hallarnos,
más allá del mito está el origen mismo.

Erinnis.-
De sangre llenas estamos,
más el trigo, el trigo no basta,
Dicen que mueren sus niños apenas pasa la rosa,
Que en verdad la tierra les demanda otras cosas,
Que tú has muerto y que yo te maté en locura.

Hércules.-
¿Pero cuándo…
…cuándo llegará el mensaje con el conocimiento del combate?

Erinnis.-
Quien miente,
Me aprestas,
Estructuras escondes. ¿Dónde está la sangre que lloran?

Hércules.-
Su asamblea, de ahí las magistraturas y los legados,
Nadie llora, hablan política,
Y a la junta del todo le ponen tu nombre,
Hablan del sitio de la escritura,
Asesino me nombran, tiranía nos acusan,
De las leyes magistraturas, invocan instituciones, dependencias y juzgados,

Textos, pedazos de piel de gamo invocan,
¿cuándo llegará el mensaje con el conocimiento del combate?

Erinnis.-
¿Y los jueces? Justicia demócrata o la noche,
la Némesis en templo de paz la plebe,
¿no hablan?
¿Dónde están nuestros sacerdotes?
¿Dónde todos los recursos del valle,
las tropas,
y el trigo que hemos resguardado en los almacenes del puerto?
Lo sabemos,
Tienen hambre asesino, los sacerdotes gritan.

Hércules.-
¿Asesino?, ¿nosotros dulce señora?

¿Cómo hablarán ante las tropas
 una vez la noche consuma el todo?



Bien, propiedad y posesión Cosas y las grandes palabras




Pelope.-
La pregunta por el hombre.

Hércules.-
Aún me compones,
me prometes
¿y te pides que te otorgue medida para infligir mi piedad?

Pelope.-
SOLO CINK (11)
SOLO CINK (11) (Photo credit: solo cink)
Eres tú la sanción de tu propia nación,
las tropas te nombran asesino,
quieren que les muestres a tu señora.

Hércules.-
¿Qué resta de mí?

Pelope.-
Calla, no me interrumpas Señor,
Sólo falta el juicio.

Quieren verte partir en paz y gloria,
quieren que tus hijos sean sus caudillos
y que tú encauces en virtud y prudencia
sus propios nombres a bien de tus hijos,
aquí tienes el listado,
esperan de ti grandes palabras,
una cintura estrecha de grandes pechos
y una gran aclamación.

Más tú sabes,
las mujeres en tu comarca apenas les valdrán algo,
tendremos que retener en el templo,
en las fiestas de la siembra,
a todas las mujeres que vengan a ti en peregrinación,
a presentarse ante el concejo de los santos varones.

¿Qué resta de ti?
Quieren nombrarte Padre


Bienes, posesión y propiedad Fragor



Hércules.-
El ocaso de los vapores
Ineptos,
Ineptos todos mis sueños y mi afán.

Pelope.-
Maldito te llamas señor,
Eres tú quien se descompone.

Hércules.-
De mi, de mi cuerpo tomaste
De mi cuerpo te dí,
Eres alguien, fuerza alada,
A mis manos te di piedad,
Ay,
¿Quién calla? Pasado azul,
Trasterramiento,

Sonido en azul te llamas.

Pelope.-
Nuestras armas os damos
Padre,
Nuestros brazos tendemos en traza,

Hércules.-
Señor,
Señor Pelope,
Señor tuyo y de tu madre.




Bienes, posesión y propiedad El puente al Ocaso






Hércules.-
Todo lucía ageno de tú y yo aquella tarde.

El ángel.-
Aterradas las cosas que dijimos sin causa,
Un futuro nos convoca,
Tendemos baza.
 
Hércules.-
No soy entonces la oscuridad del puente.

El ángel.-
Era menester que todo cursara estos vapores
Y toda la sangre.

Hércules.-
¿Y a quién el venir el ser así quien pasa?

El ángel.-
No eres tú guardián de la calle,
Sólo llora,
Resguarda tu pasión para algún otro Cristo,

Escucha,

Las tropas hablan de ti,
Te hablan su señor,

Hércules.-
¿Convocan al señor o al guerrero entre las tropas?
Soy viejo,
Mis manos me traicionan,
Y ya no es la fuerza quien habla el hombre quien fui.

El ángel.-
Tus hijos vienen,
Te provocan,

Hércules.-
No pedí esto, yo no tendría que estar aquí,
Yo soy un héroe, no un tirano.

El ángel.-
¿Así entonces renuncias a la presteza del fuego?

Hércules.-
En vanidad me consumo,
Me llamo en rededor las horas,
Una vida en paz,
Una vida en paz reclamaba cuando era un diablo,

No consentía esa animadversión.

El ángel.-
Y les diste paz,
Trajiste en paz un mundo para sus hijos

Hércules.-
Los mismos que hoy se baten al píe de la acrópolis.
Los aceros no son los mismos.

El ángel.-
Algo cambia, sólo requieren de su Señor
La confianza, ese voto de confianza en un venir,

Hércules.-
¿Más qué mañana les nombro?

El ángel.-
No quieren futuro,
Quieren el canto de guerra que infunda sus aceros
De espíritu y calor,
La Marcha,

La Marcha bueno,
Del Tiempo sólo yo y mi espectro nos cuidamos,

Más mi Señor, la sangre,

Hércules.-
La sangre señor hablas,
derraman algunos la sangre de sus hijos.

El ángel.-
Otros derraman la sangre del padre,
Reclaman todos a uno lo mismo la piel de tu voz,

Tu ausencia.
Son guerras fratricidas las que de tu temor sembraron el Valle.

Tus hijos hoy disputan el trono,
Y han tendido todo eso en gravedad a bien de arrancar un trozo,

Un trozo incierto de mí.

Hércules.-
Un trozo Incierto de ti a la oscuridad del Valle.

El ángel.-
Luchan por tus hijas,
Luchan por reclamar en tu nombre la paz que les legaste,
Eso te reclaman,
Sólo eso te reclaman,
Tu ausencia en los hechos del combate.

Hércules.-
¿No es debilidad entonces mi hambre?
¿Y las amenazas de Pelope?

El ángel.-
Como hombre fuiste un tirano señor,
Hoy mueres,
¿nombrarte?

Asesinaste a tu propio padre,
Pelope tu hijo también muere,
Fueron tus hazañas los que los fundaron,
Nos dieron Templo y este verde Valle,
Más la tierra no dará testimonio de toda tu hambre señor,
No dará testimonio la tierra de toda tu hambre.

Hércules.-
¿Me apresto?

El ángel.-
Te aprestas.

[Hércules corre las ropas de su tienda en la Montaña,
Sale,
Habla al Valle]

Su espectro.-
El gobierno de las formas y el gobierno de las costumbres,
La composición de la imaginación de su certeza,
La acumulación de tempestad y fuego
Permanece acurrucado a su costa
En su certeza,
Ya no miras, descansa en mi regazo
Hermano mío.

Bienes, posesión y propiedad El discurso y los Heráclidas


A Cynthia Maciel, salud

Hércules.-
Mantener la ambición de poder y el poder de ambición,
Este Cielo,
el diablo y todos sus ellos quietos en el suelo;
son mis manos quienes posan en justicia la razón,
soy padre palabra alada quien desata el Trueno,

Mente en pasado,
Tormenta alada
Hijo del paso,
El dragón les habla sin rostro,
Y la piel y la sangre
Y el corazón y el ángel de su señor el fuego,
Consume en recuerdo del temblor de vuestra piel
El sol.

Uno le inflige el fuego en candor,
Otro quien calla
resguarda el pasado quieto,
Habla con tigres del color y el fuego,
El dulce todo en quien todo lo brillan,
Que quiebran del bronce en acero
Y hoy,
la dulce calle en rededor ustedes y yo,
Todo lo brillan
del señor que nos desposé ahora.

El fuego, vuestros propio tiempo,
Es esta batalla que calla completa el
silencio en pasado,
en quien de esta tarde el cielo
completa su desolación,
lo apropia, el Verde Valle,
horizonte quien clama en alarido quien lo despoja;
no habrá reparos en carros de fuego para mi ángel amado.

Él mismo no recuerda ahora
El paso del todo,
Una vez clarea
Ya el aire ahí consuma todo,
Un murmullo y quieto que despoja,
Y Ustedes y yo y su señor habrán muerto una vez pase el vapor
Del sol cuyo única piedra es el fuego,
Él mismo y su castigo,
El único de ustedes que llegará
Ante el señor cual cordero.
Uno de ustedes habrá de vivir,
A ese, a usted señor, os lego.

[Los carros de fuego sustraen a Hércules de escena,
La batalla comienza]




[1] No se es poseedor de derecho, se posee derecho. Poseedor es solo el derecho. La posesión es la subjetivación de la piel piedad. Amor ama la verdad quien calla. Amor ama la verdad quien planta el suelo y combate la tarde. Amor calla la paz verdad en Amor y las laderas del valle. Amor verdad, Verdad amor, cosecha quien hable.
[2] El alba en Hades.
[3] [La naturalidad]
[4] La develación. De la devastación quieta paz, cruel Tirano repasa aposentos,
Nivela la piedad del quieto Valle..
[5] Codificación de código y la emergencia de la economía de cultura y la administración-mundo. [Administración, paz piedad y corazón. Eternidad, Verde Valle] [cfr. Burroughs y Kerouac en Texas y Nueva Orleans]